Sudafrica 2010 |
Miércoles, 16 de Junio de 2010 18:38 |
Partidazo. Uruguay le arruinó la fiesta al dueño de casa. Con el equipo como gran figura, la Celeste consiguió una importante goleada por 3 a 0 ante Sudáfrica con dos tantos de Diego Forlán, uno de ellos de penal, y el último de Álvaro Pereira, para sellar una actuación brillante que deja a la selección a un paso y medio de la clasificación. Seguridad defensiva, recuperación de pelota en el medio, triangulaciones perfectas, velocidad envidiable y eficacia goleadora en ofensiva, las virtudes de un equipo al que le salieron todas para redondear una victoria perfecta. Al promediar la segunda etapa, el arquero Khune fue expulsado en el local tras la incidencia del penal. CRÓNICA. Por: Rodrigo Rege Cancha: Loftus Versfeld (Pretoria) Juez: Massimo Busacca (Suiza) Líneas: Matthias Arnet (Suiza) y Francesco Buragina (Suiza). Cuarto árbitro: Wolfgang Stark (Alemania) Sudáfrica: 16 Itumeleng Khune, 2 Siboniso Gaxa, 20 Bongani Khumalo, 4 Aaron Mokoena, 3 Tsepo Masilela, 11 Teko Modise, 12 Reneilwe Letsholonyane, 13 Kagisho Dikgacoi, 8 Siphiwe Tshabalala, 10 Steven Pienaar y 9 Katlego Mphela. Director técnico: Carlos Alberto Parreira. Uruguay: 1 Fernando Muslera, 16 Maximiliano Pereira, 2 Diego Lugano, 3 Diego Godín, 4 Jorge Fucile, 15 Diego Pérez, 17 Egidio Arévalo Ríos, 11 Álvaro Pereira, 10 Diego Forlán, 7 Edinson Cavani y 9 Luis Suárez. Director técnico: Oscar Washington Tabárez Goles: 23' y 79' de penal - 10 Diego Forlán (U), 94' - 11 Álvaro Pereira (U) Tarjetas amarillas: 6' Steven Pienaar (S), 42' Kagisho Dikgacoi (S) Expulsado: 76' Itumeleng Khune (S) Cambios: 57' 19 Surprise Moriri x 12 Reneilwe Letsholonyane (S) 71' 20 Álvaro Fernández X 4 Jorge Fucile (U) 79´ 1 Moneeb Josephs X 10 Steven Peinar (S) 89' 21 Sebastián Fernández X 7 Edinson Cavani (U) 90' 5 Walter Gargano X 15 Diego Pérez (U) Ni las vuvuzelas ni la localía. Ni la velocidad de Tshabalala ni la magia escondida de Pienaar. Nada pudo detener el gran trabajo de Uruguay, que dejó a más de uno boquiabierto ante una verdadera demostración de cómo se debe jugar un partido por Copa del Mundo. Con un ritmo de juego inusitado luego del empate a cero en el debut, la Celeste volvió a mostrarse seguro en defensa, y a eso le sumó una eficacia goleadora en ataque digna de la calidad de un jugador distinto como Diego Forlán. De todas maneras y a pesar de los goles, la gran figura de la goleada por 3 a 0 fue el equipo, que tuvo en cada pieza un sinónimo de entrega, velocidad, luchador en la marca y tranquilidad para jugar, decisiva para conseguir una victoria que deposita a la selección con más de medio cuerpo en los octavos de final. No se ganó la clasificación, pero sí se encontró el camino. Desde el planteamiento de Tabárez, que revalidó su título de estratega, Uruguay comenzó a sacar ventajas ante el dueño de casa. La rapidez por las bandas que tanto caracteriza a los “Bafana Bafana” fue suprimida por la presencia de Fucile por izquierda y Pereira en la derecha. Ni Pienaar encontró los espacios entre líneas, ni Mphela la tuvo fácil para moverse entre los zagueros uruguayos de gran actuación De esta manera, Sudáfrica fue adentrándose cada vez más en un callejón bien Celeste, que la llevó a tiros desde lejos de Tshabalala carentes de peligro, a perder pelotas en el medio por la presión asfixiante de Arévalo Ríos, el Ruso Pérez y Palito Pereira, que se devoraron cualquier rival en el mediocampo. Y cuando la buena actuación en defensa se traslada a los de arriba, partido completo. Y esto fue lo que pasó. Uruguay tiene a “su” Diego, pero también a un Luis que cuando se engrana en el ritmo de juego es imparable. Sus goles en Holanda no son una casualidad; el pibe tiene magia, y no hay con qué darle. Controló la pelota, tuvo sus chances de gol, peleó todas arriba, fabricó el penal del segundo gol y hasta se ligó un piñazo en la boca. Pero así y todo ni Mokoena ni Gaxa lo pudieron parar. Cavani fue otro gladiador. Su velocidad sirvió para el ataque y la marca. Para la generación de juego y la creación de peligro. Solo le faltó el gol, que también estuvo cerca con tiros desde lejos bien tapados por los dos arqueros sudafricanos. Sin embargo, a falta de uno apareció Forlán, el 10 que aprovechó el zigzagueo de una pelota tramposa para romper la red a los 23 minutos del primer tiempo. El mismo que, como un calco de aquel penal en Ecuador, elevó un remate que pocos se atreven a patear, para asentar la victoria desde los once pasos en el segundo tiempo. Sí, Forlán. El que también tuvo alguna que otra chance más desde lejos, y asistió a sus compañeros sin el egoísmo que quizás otras figuras tienen. Ese Diego que hoy, con dos golazos, es el goleador del torneo. En fin, Uruguay dio un gran paso. Su personalidad sobre la cancha evidenció hoy que detrás de esa camiseta Celeste existe un bicampeón mundial. Ni la fiesta sudafricana pudo contra un equipo que ganó de principio a fin. Desde el pitazo inicial del suizo Busacca, de correcta labor en todo el partido, hasta el gol de Palito Pereira en los descuentos tras gran pase de Suárez por la derecha, que elevó la Jabulani por arriba del arquero suplente Josephs. Todo bien. Da para alegrarse. Da para ilusionarse. Pero la clasificación todavía no se logró. A esta altura es casi retórico decirlo, pero es necesario citar a un gran filósofo en esto del fútbol para no entreverar la brújula y seguir por este camino mundialista que, sin dudas, nos llevará a buen puerto. “Paso a paso”. México espera el martes. Urugol.com |
"El silencio de las vuvuzelas"
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