Arde la herida. Uruguay quería la final. Estar entre los cuatro mejores no contentaba a un equipo que se forjó el carácter ganador en una Eliminatoria sufrida en la que lo catalogaron de perdedor. Las cabezas bajas camino al túnel son mucho más que una típica pose futbolística. Uruguay sabía (y lo sabe después) que Holanda no era un cuco.
Uruguay: Fernando Muslera; Mauricio Victorino, Diego Godín, Martín Cáceres; Maximiliano Pereira, Diego Pérez, Egidio Arévalo Ríos, Walter Gargano, Álvaro Pereira (78' Sebastián Abreu); Edinson Cavani, Diego Forlán (84' Sebastián Fernández).
Holanda: Marteen Stekelenburg; John Heitinga, Khalid Boularhouz, Joris Mathijsen, Giovanni Van Bronckhorst; Demmy De Zeuw (45' Rafael Van der Vaart), Marc Van Bommel; Arjen Robben (90' Eljero Elia), Wesley Sneijder, Dirk Kuyt; Robin Van Persie.
Goles: 18' G. Van Bronckhorst (H), 40 D. Forlán (U), 69' W. Sneijder (H), 72' A. Robben.
Árbitro: Ravshan Irmatov (Uzbekistán).
Estadio: Green Point, Ciudad del Cabo.
Se le paró sereno, controlando sus costados y solo se le abrió el partido con el gol de Van Bronckhorst. Primer error de Irmatov: dejó (como todo el partido), pegar a Van Bommel con flecha, ancla y plancha, como la que le puso a Gargano en esa jugada.
Parado defensivamente, Uruguay debió adelantar justamente a Gargano, hasta ese momento perdido. El Mota creció en corazón y juego y puso la ¿asistencia? para la bomba del crack Forlán, uno de los pocos genios que estuvo a la altura de su apellido en Sudáfrica.
De nuevo en cero, la selección tomó el control del partido en el segundo tiempo. Holanda sentía el compromiso de ganarlo y su público también. El silencio, el rumor, el descontento, empezó a bajar de unas tribunas que esperaban la goleada a esa altura.
No encontraba la pelota y le llegaban los nervios, pero en un par de minutos hizo gala de su temido atributo: la efectividad. Un equipo que llega poco, pero profundo y con necesidad de sacar sangre. Segundo error de Irmatov: Van Persie participa en offside del mordido derechazo de Sneijder. Enseguida, Robben puso más barro en la bolsa.
Parecía demasiado ese 3-1. Más con Forlán afuera. Pero la historia manda, en la victoria y en la derrota. La camiseta Celeste tiene fuerza propia y te lleva para arriba, aflojando al rival. Vino el descuento y terroríficos minutos para una Holanda que ya festejaba.
Casi llega otra vez el milagro. Pero el destino hoy no lo quiso. Hay que olvidarse de Johannesburgo y viajar a Port Elizabeth. Espera un tercer puesto que con las horas significará mucho. Será el fin de una enorme aventura mundialista, que puso en pie, como pocas veces se recuerde, a un país abatido por las tristezas deportivas
No será el fin de un trabajo que arrancó con Tabárez y que debe seguir, con él como cara o con él como sombra. Las bases están puestas y muchos nombres también.
El sueño 2010 quedó en Ciudad del Cabo. Pero todavía no es hora de levantarse…
Holanda: Marteen Stekelenburg; John Heitinga, Khalid Boularhouz, Joris Mathijsen, Giovanni Van Bronckhorst; Demmy De Zeuw (45' Rafael Van der Vaart), Marc Van Bommel; Arjen Robben (90' Eljero Elia), Wesley Sneijder, Dirk Kuyt; Robin Van Persie.
Goles: 18' G. Van Bronckhorst (H), 40 D. Forlán (U), 69' W. Sneijder (H), 72' A. Robben.
Árbitro: Ravshan Irmatov (Uzbekistán).
Estadio: Green Point, Ciudad del Cabo.
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